En invierno, la estación de Bourg d’Oueil hace las delicias de los aficionados a los deportes de invierno que aprecian el ambiente familiar de una estación a escala humana. Además de esquiar en las 6 pistas de la estación, también se puede pasear por la estación con raquetas de nieve. En verano, los alrededores de la estación ofrecen un paisaje totalmente distinto, con el valle de Oueil, su entorno natural, sus pequeños pueblos y sus exuberantes paisajes de montaña.
El valle de Oueil marca el ritmo con sus paisajes vírgenes, su naturaleza intacta y sus exuberantes colores verdes. Un cambio de ritmo para su estancia en el valle de Oueil. La estación de Bourg d’Oueil se funde con su entorno y le invita a aprovechar las rutas de senderismo para descubrir su patrimonio natural, cultural y gastronómico. Haga un viaje en el tiempo por los pueblecitos de montaña, cada uno más singular que el anterior. Y disfrute de un descanso o de un picnic.
De Saint-Paul-d’Oueil a Bourg d’Oueil, los aficionados a la pesca encontrarán un marco ideal para pescar truchas en aguas puras y vírgenes, en el corazón de un entorno tranquilo. La Neste d’Oueil es especialmente propicia para la pesca con mosca, ya que ofrece la posibilidad de pescar truchas de gran calidad respetando el principio de no matar, lo que contribuye a preservar la biodiversidad local.
Pasear por las pintorescas callejuelas de pequeños pueblos de montaña como Cirès, sumergirse en la tranquilidad de los bosques, escalar cimas que ofrecen panoramas impresionantes… Practicar senderismo en el Valle de Oueil es la promesa de una experiencia variada y adaptada a todos los niveles. Hay para todos los gustos, con algo que descubrir, algo con lo que maravillarse y algo con lo que desafiarse. Encontrar un tesoro escondido en un pueblo, contar la misteriosa leyenda del bosque, contar los picos en el horizonte… Tantos pequeños desafíos para que cada excursión sea inolvidable y cautivadora para toda la familia.
Antes de la llegada del invierno, el otoño revela otra faceta del Valle de Oueil, ofreciendo una estación ideal para los amantes de la naturaleza. Los exuberantes paisajes verdes adquieren matices flamígeros que invitan a redescubrir el valle bajo una nueva luz. En la linde del bosque, resuena la berrea del ciervo, que marca la época de celo. Este espectáculo fascinante, poderoso y conmovedor, atrae cada año a curiosos y aficionados. Para aprovecharlo al máximo, las salidas acompañadas por guías locales permiten observar este desfile salvaje en las mejores condiciones.
A continuación, el invierno regresa a Bourg d’Oueil, trayendo consigo un ambiente completamente distinto. El valle se engalana de blanco, ofreciendo un marco ideal para los amantes del esquí y los excursionistas con raquetas de nieve. Aquí, lejos del bullicio de las grandes estaciones, el invierno se vive con total sencillez, en un entorno auténtico y virgen. Los días se salpican de excursiones por la naturaleza y momentos de relax, disfrutando de la paz y la belleza de los paisajes nevados.