Los Pirineos del Alto Garona se prestan naturalmente al esquí de travesía. Esta disciplina, que combina la movilidad vertical de la escalada con pieles de foca y el rendimiento en descenso del esquí alpino, permite superar los límites de las zonas esquiables y acceder a itinerarios salvajes en función de su nivel técnico y experiencia.
La región de Haute-Garonne ofrece una gran variedad de terrenos: desde suaves pendientes forestales accesibles a esquiadores principiantes, pasando por valles aislados que ofrecen descensos más desafiantes, hasta cumbres nevadas que requieren una mayor destreza técnica y conocimiento de los riesgos de avalancha. Desde los itinerarios señalizados por las oficinas de turismo hasta las salidas acompañadas por guías de montaña titulados, el esquí de travesía permite explorar zonas vírgenes respetando las normas de seguridad esenciales.
El esquí de travesía le invita a redescubrir el invierno pirenaico al ritmo de su propia respiración y energía, lo más cerca posible de la naturaleza. Requiere el equipo adecuado -esquís más ligeros, fijaciones especiales y pieles de escalada-, así como un buen nivel de forma física y un buen conocimiento de las condiciones de la nieve. Combinando la autosuficiencia con la supervisión profesional, el esquí de travesía ofrece una forma auténtica y exigente de experimentar las montañas nevadas, lejos de las multitudes de las pistas preparadas.