Estatua realizada en mármol azul de St-Béat por el artista Christian Jacques en 2000 durante el Festival de la Sculpture et du Marbre de Saint-Béat-Lez.
En esta obra, el artista evoca redondeces, curvas, rupturas y tensiones, formas todas ellas que transmiten las contradicciones de la relación fusional, afectiva y sensual entre dos personas. La importancia de la altura en relación con las nervaduras de la base (formando una especie de tótem) es una referencia al arte primitivo.
Tras formarse en las Bellas Artes de Toulouse, Christian Jacques instala su taller en la Ardèche, luego en el Aude. Trabaja la arcilla, la piedra esculpida, el mármol, el granito y el basalto. Su objetivo es «contar historias humanas a través de las formas, los materiales y la luz».
Su obra se ha expuesto en numerosas ferias y exposiciones de arte.