Charte du randonneur

La carta del excursionista

Cuando hago senderismo, no me dejo nada

Cuando voy de excursión, no dejo basura, siempre dejo el lugar tan bonito como lo encontré.

Me llevo toda la basura conmigo, incluso los residuos biodegradables. Utilizo contenedores reutilizables y los clasifico después. Y si voy a nadar, opto por la crema solar orgánica, que tiene menos impacto en lagos y ríos. Tengo especial cuidado en los lagos de montaña, donde a menudo está prohibido bañarse para proteger estos frágiles entornos.

Con los rebaños no me acerco demasiado

Cuando hago senderismo, respeto el ritmo de la manada.

Para facilitar el trabajo de los pastores, cierro las vallas, mantengo la distancia con los animales y permanezco tranquilo si se acerca un perro guardián. No pisoteo los pastos para preservar la biodiversidad y dejo las plantas a los rebaños.

Una buena caminata también significa compartir el camino

Por el camino, cada uno sigue su propio camino.

Senderistas, ciclistas, cazadores, ganaderos, agricultores o residentes locales… Los caminos se comparten con respeto. Circulo por los carriles habilitados, aparco en los aparcamientos designados y hago sitio para todos.

Estar informado ya es proteger

Antes de salir de excursión, me abastezco de información para asegurarme de que voy por el buen camino.

Parque Natural Regional, zona Natura 2000, lugar protegido, etc. Cada zona tiene sus propias normas. Para ser un buen excursionista, me informo de la normativa vigente antes de calzarme las botas.

El camino correcto es el que se respeta

Cuando hago senderismo, no tomo atajos, ¡sigo el camino!

Salirse del camino es arriesgado para mí y degrada la naturaleza. Daña el suelo, favorece la erosión, destruye la vegetación y molesta a los animales. Al permanecer en los senderos, ayudo a proteger la naturaleza. Permito que crezcan las flores, que los paisajes conserven su belleza y que los animales vivan en paz.

De incógnito para respetar a los animales

En una excursión, los animales están en casa.

Los animales salvajes o de granja tienen sus propias costumbres. Los admiro desde la distancia sin darles de comer ni tocarlos, sobre todo a los más jóvenes. Al dejarlos en paz, hago lo correcto por su bienestar… y por mi propia seguridad.

La chispa está en los ojos, no en las luces

Elijo la seguridad, evito el peligro.

Al evitar los incendios (cigarrillos, hogueras, papel quemado), protejo los bosques, los animales y los paisajes. El clima es más seco, el riesgo de incendio mayor: cada gesto cuenta. En caso de emergencia, llama al 18 o al 112.

El mayor tesoro es el que aún admiramos

Nada en los bolsillos, todo en los ojos.

Flores, piedras, madera muerta, insectos: aquí todo tiene una función. Para conservarlo, lo dejo donde lo encontré.

En la paz y la tranquilidad, la naturaleza se revela

Mantengo un perfil bajo cuando salgo de excursión.

El ruido ahuyenta a los animales y puede molestar a los residentes locales. Gritos, música, charlas, zumbidos… los estresan y les impiden alimentarse, descansar o reproducirse. Cuanto más discreto soy, más posibilidades tengo de verlos… y disfrutar de un momento mágico sin molestarlos.

Previsiones meteorológicas esenciales

Cuando hago senderismo, compruebo el tiempo antes de salir

En la montaña, el tiempo puede ser imprevisible, pero siempre es mejor informarse de antemano llamando al 32 50.

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