El Lac d’Oô es un destino ideal para quienes desean descubrir la montaña sin mayores dificultades. Su accesibilidad, la belleza de su entorno natural y la diversidad de sus paisajes lo convierten en el lugar perfecto para pasar un día al aire libre, tanto si es un principiante como un veterano de los senderos pirenaicos.
Ya sea un simple paseo, un picnic junto a la cascada o una exploración más profunda de los lagos de gran altitud, una excursión al Lac d’Oô seducirá a todos los amantes de la naturaleza. El lago de Oô es actualmente el destino natural más popular de la Alta Garona.
Siga el itinerario 41 del mapa de senderismo de los Pirineos del Alto Garona.
Caminar, sobre todo en la montaña, estimula la reflexión, así que un poco de cultura antes de emprender el camino hacia el Lac d’Oô.
Visitado por el pintor Louis-François Lejeune en la década de 1830, y después por el botánico Nérée Boubée, el lago de Oô despertó rápidamente el interés científico antes de convertirse en un destino popular para los senderistas. En esa época, los visitantes ya acudían en masa a admirar este majestuoso paraje, y no era raro que los «granjeros del lago» cobraran una tasa a los excursionistas y jinetes por pasar. Los orígenes naturales del lago se transformaron en 1921, cuando se construyó una presa hidroeléctrica que lo convirtió en un lago artificial. Hoy en día, esta infraestructura regula el caudal del Neste d’Oô y abastece a las centrales eléctricas situadas río abajo. A pesar de esta transformación, el Lac d’Oô sigue siendo una joya de los Pirineos, con su vertiginosa cascada de 275 metros.
El sendero comienza en Les Granges d’Astau, a 1.139 metros de altitud. Para llegar desde Toulouse, hay que conducir unas dos horas en dirección a Bagnères-de-Luchon y seguir la D76 hasta el pueblo de Oô. Desde allí, hay una bifurcación que conduce al Lac d’Oô. En Les Granges d’Astau hay varios aparcamientos gratuitos.
El sendero está bien señalizado y discurre por un antiguo camino empedrado. Desde el principio, bordea el Neste d’Oô y ofrece agradables vistas sobre el río. La subida es regular, sin grandes dificultades técnicas, lo que hace que este paseo sea accesible a un público amplio.
A lo largo del camino, cruzará pastos donde pastan vacas, ovejas y caballos. Se aconseja llevar a los perros atados para proteger la tranquilidad del ganado.
Llegada al lago de Oô
Al llegar al lago, le recibirá la vista de su cascada de 275 metros de altura, una de las más altas de los Pirineos. El cercano refugio del Espingo (al que hay que subir) es un lugar agradable para comer o descansar antes de emprender el camino de vuelta.
Más allá del lago de Oo se extiende un mundo de alta montaña, con senderos que conducen a lugares excepcionales. Los lagos Espingo y Saussat ofrecen panoramas grandiosos en un entorno salvaje y mineral, mientras que el lago Portillon, encaramado a más de 2.500 metros, es la culminación de una caminata desafiante.
Estas rutas dan acceso a las cumbres más altas del macizo del Luchonnais, algunas de las cuales superan los 3.000 metros. Entre prados alpinos, névés persistentes y rocas pulidas por los glaciares, el alto valle del Oô revela toda la belleza bruta de los Pirineos centrales.
La cascada de 275 metros, alimentada por las aguas de estos lagos superiores, es uno de los espectáculos naturales más sobrecogedores de los Pirineos.
Antes de adentrarse en los lagos superiores, piense en hacer una pausa en el refugio del Lac d’Oô. En este típico refugio de montaña, el viajero encontrará un remanso de paz en el que la convivencia montañesa se une al respeto por el entorno natural.
Mezcla de tradición y modernidad, el refugio ofrece una auténtica experiencia de vida en altitud, marcada por las estaciones y el paso de excursionistas de todos los horizontes.
Esta escala privilegiada permite saborear la serenidad del entorno y empaparse de la atmósfera única de los refugios pirenaicos, verdaderos guardianes del patrimonio de montaña.